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sábado, 26 de diciembre de 2009


El número de donaciones realizadas por los ciudadanos durante este 2009 no ha disminuido a pesar de las dificultades económicas que la mayoría ha sufrido en los últimos meses. Aunque aún no hay cifras oficiales, varias entidades no gubernamentales han afirmado a El Imparcial que las donaciones de particulares se han mantenido.
En concreto, según el estudio "La colaboración de los españoles con las ONG y el perfil del donante", realizado por la Asociación Española de Fundraising, en torno al 11 por ciento de la población colabora de forma estable con alguna entidad sin ánimo de lucro, lo que supone casi 4.200.000 personas. 
Se trata de una lección de compromiso y solidaridad por parte de los ciudadanos frente a las instituciones públicas, cuyas subvenciones se están recortando al máximo; y frente a las donaciones de empresas, que han disminuido un 20%.
Noticias como esta muestran cómo los ciudadanos han sido capaces de disminuir su consumo pero manteniendo su compromiso con las entidades con las que colaboran. Y cuando muchas de estas entidades se tambalean por culpa de la disminución de las subvenciones y de las donaciones de empresas, su ayuda es más necesaria que nunca.
Foto: Edans en Flickr

jueves, 24 de diciembre de 2009


El índice de natalidad actual es tan elevado que en 40 años se duplicará la población mundial, lo que comporta que se deba duplicar la producción de alimentos, agua, petroleo y agricultura industrial mecanizada. Es uno de los datos de la FAO que Canal Solidario publicó ayer.
Según el artículo, el año 2050 la población mundial habrá superado los 9.000 millones: un tercio más de seres humanos que alimentar respecto a la actualidad. Y hoy ya hay más de 1 000 millones de personas que sufren hambre y desnutrición crónica.
Los datos llevan a los expertos a varias conclusiones. La primera de ellas es que la única forma de producir una cantidad tan ingente de alimentos para nutrir a tantos seres humanos es la agricultura industrial mecanizada. Esto implica que, por el momento, deberíamos renunciar a otras formas de producción agrícola más sostenibles, y decir adiós a la soberanía alimentaria.
Pero además de eso, el artículo hace reflexionar sobre la responsabilidad, tanto personal como colectiva que todos tenemos a la hora de tomar una de las decisiones más importantes de nuestras vidas: ¿queremos tener hijos? ¿Por qué? ¿Qué implicaría esto en mi sociedad? ¿Qué consecuencias podría tener en otras personas?
Creo que deberíamos darnos cuenta de que, muchas veces, las decisiones que creemos que son sólo personales afectan directamente a la sociedad. Si todos lo hiciéramos, no sólo en cuanto a la natalidad, sino en otros temas como el reciclaje, el consumo responsable, etc., el mundo sería (aún puede llegar a ser) muy distinto.

martes, 22 de diciembre de 2009

Ayer el periódico 20 minutos publicó un reportaje con las 20 historias humanas del año. Sus protagonistas son hombres y mujeres normales que han decidido seguir un estilo de vida diferente, como Joaquín Torres, que vive con solo 3 euros al día; o bien personas en situaciones adversas que luchan por mejorar sus vidas, como Jonathan, el niño sevillano que luchó para que en su colegio instalaran una rampa que le permitiera bajar en silla de ruedas al patio a jugar con sus compañeros.
Dicen que el periodismo está tan cargado de declaraciones de políticos, deportes y sucesos que ya no tiene espacio para este tipo de historias, que en realidad son su esencia. Otras veces, las historias humanas son narradas con tal sentimentalismo que acaban siendo presa de programas del corazón y prensa rosa. 
A mí me gustaría que el periodismo fuera cercano, callejero, y que en él hubiera espacio para todo el que tenga una historia digna de contar. En el metro, en el parque de al lado de casa, entre nuestros compañeros de trabajo... seguro que hay alguien con un pasado desconocido, con historias de las que podríamos aprender. Y, si en los medios de comunicación de masas no tienen espacio, pueden refugiarse en las nuevas tecnologías, blogs y redes sociales. Quizás sea allí donde se concentre, ya, el nuevo periodismo humano. Nuestro objetivo, pues, ha de ser acercarlo a todo aquél que tenga una historia que contar.
Foto: http://almacosta.wordpress.com/

lunes, 21 de diciembre de 2009


La imagen pública de los periodistas en España empeora año tras año. Ésta es la conclusión a la que llega el  último Informe Anual de la Profesión Periodística, realizado por la Asociación de Prensa de Madrid, según informó hace unos días Público. El estudio afirma que casi un 60% de los ciudadanos tiene una una imagen regular (48,9%), mala (8,3%) o muy mala (2,4%) de los informadores, frente al 52,5% del año anterior. Y al contrario, sólo el 39,3% tiene una imagen buena (36,8%) o muy buena (2,5%) de los periodistas, un dato inferior al de los años precedentes.
La vulneración de la intimidad de los periodistas del corazón, (48,9%), la manipulación informativa (29,3%), el partidismo de las informaciones (28,6%), el sensacionalismo (23,1%) y la insistencia en temas de poco interés (16,7%) son los motivos que los ciudadanos alegan para desconfiar cada vez más en los periodistas.
Desde el otro bando, los profesionales de la comunicación afirman que la precariedad laboral que sufren es la causante del deterioro de la prensa. Además, la crisis económica ha hecho que las presiones de las fuentes de financiación sean tan altas que los medios han de someterse a sus dictados.
Como periodista soy testigo del deterioro de mi profesión, tanto de las condiciones laborales que sufrimos los redactores (salarios bajos, jornadas laborales interminables, etc.) como de la falta de calidad, rigor y honestidad de los medios.
Hace unos días llegó por casualidad a mis manos una información que corrobora los datos de este informe. Se trataba de un e-mail de un gran medio de comunicación dirigido a compañías de teatro. Explicaba que estaban preparando un gran reportaje sobre "los mejores espectáculos del 2009" y ofrecía puestos destacados en este "ranking" a cambio de la módica cantidad de 8000 euros. ¡8000 euros por un pequeño espacio en un reportaje!
Casos como este llevan a reflexionar sobre el juego absurdo en el que participan muchos medios. Estoy deseando ver el reportaje para ver qué compañías han decidido "comprar" su parcela de "mejor espectáculo" del año.
Está claro que hay que dar un nuevo rumbo a esta profesión, adaptarla a las necesidades de la sociedad, a las nuevas tecnologías. El público ha dejado de creer en los comunicadores porque se ha dado cuenta de que muchos están sometidos a una red de intereses que manipula la información. Ojalá aprovechemos la crisis (la económica y la profesional) para repensar nuestros medios, hacerlos más participativos y recuperar la confianza de todos.
Fotos: Flickr

sábado, 19 de diciembre de 2009

Hoy me ha llegado una información que me ha llamado mucho la atención. Google Maps ha anunciado un nuevo sistema de señalización para las indicaciones que tienen que ver con la India. El problema era claro: en un país en el que la mayoría de las calles no están señalizadas, nadie conoce sus nombres y su distribución es tan caótica que es imposible orientarse, y los turistas (y los indios de otras ciudades) se veían obligados a coger taxis o autorikshaws para llegar a cualquier lugar.
Cuando estuve en la India hace unos meses, el problema se repetía cada día: tienes una dirección pero cuando preguntas por ella nadie sabe dónde está, ¿es que los indios no conocen sus propias ciudades? Claro que no, lo que ocurre es que se orientan de forma diferente, apelando a tiendas, negocios y edificios para indicar el trayecto. Por ejemplo: "llegas a la Post Office y doblas a la izquierda hasta el puesto de fruta y después doblas a la derecha en la calle del Leopold's Caffe".
Google Maps ha decidido adoptar estas indicaciones para que el viajero no tenga pérdida. Pero más allá de eso, la noticia me ha hecho reflexionar sobre cómo un aspecto a primera vista tan nimio como la señalización de una ciudad dice mucho sobre la forma de distribuir el espacio y de relacionarse con el mundo de sus habitantes. En una sociedad donde los negocios y edificios cambian a un ritmo vertiginoso como la nuestra, esta forma de orientación sería inviable. Estoy segura de que no todo el mundo sabría decir cómo se llama la tienda que hay dos esquinas más al sur de su calle... Nuestro sistema puede que sea más racional y eficaz, pero nos distancia de lo que realmente importa en una calle o una plaza: la vida que tiene lugar en ella.

Escribir el primer post de un blog provoca la misma sensación que enfrentarse a una página en blanco. ¡Nunca sabes por dónde te va a llevar  la escritura! Y mucho menos a altas horas de la madrugada invernal... De momento mi lápiz virtual me lleva a explicar quién soy y porqué hago este blog. Esto último es  fácil: hacía tiempo que necesitaba un espacio para dejar volar a mis inquietudes,  mostrar mis trabajos, dialogar...y crear así comunicación y movimiento, ¡comunicActiva!

Voy a hablar un poco de mí, aunque no es algo que me guste demasiado: Mi nombre  es Vanesa Sánchez Medina y tengo 28 años. Hija de inmigrantes andaluces y manchegos, el azar hizo que naciera en Mataró, una pequeña ciudad industrial y marinera al norte de Barcelona en la que viví años risueños de sol, calima y brisa salada, y donde me inicié en una de mis grandes aficiones: escribir.
Hace dos años,  la llamada imprevista de una amiga me puso rumbo a Madrid, en concreto a Lavapiés,  barrio con el que ahora me siento muy vinculada. Aquí he vuelto a sentir el entusiasmo infantil de aquél que vive cada día grandes descubrimientos, pero también la indignación, las ganas de cambiar las cosas. Antes de aterrizar aquí, viví en varias ciudades italianas, cuyos nombres me provocan nostalgia con sólo leerlos: Torino, Napoli, Pisa…
Desde  hace más de 5 años trabajo y colaboro en varios medios de comunicación, tanto locales (L’Actualitat de Granollers), como nacionales (El País, Oxígeno) y extranjeros (Agenzia Giornalistica Europa). La suerte me llevó a especializarme en periodismo cultural, sobre  todo en cine, arte, teatro y danza, aunque también he escrito sobre temas de inmigración en periódicos como Sí se puede. Desde hace años colaboro con proyectos asociativos, como el magazine Multicultura, en Pisa.  Ahora, colaboro con Access-Info y soy miembro de Mollywood, una asociación sin ánimo de lucro que unas cuantas enamoradas de la cultura india hemos creado para provocar sonrisas a través de la danza.

Creo  que la comunicación y las nuevas tecnologías pueden favorecer el cambio social, por lo que me intento estar al día en las nuevas herramientas que surgen cada día: programas informáticos, blogs, redes sociales, etc. Al mismo tiempo creo que esta sociedad necesita más que nunca reflexión, por eso empecé, hace ya 4 años, a estudiar filosofía, disciplina que disfruto mucho. Me interesa sobre todo la antropología y la estética. Para esta última materia, estoy realizando una pequeña investigación sobre danza india que ya os explicaré más adelante. Sólo os contaré que hace unos meses estuve en Mumbai para empezar a desarrollarla, y allí tuve la suerte de encontrar personas como estas: