Según el artículo, el año 2050 la población mundial habrá superado los 9.000 millones: un tercio más de seres humanos que alimentar respecto a la actualidad. Y hoy ya hay más de 1 000 millones de personas que sufren hambre y desnutrición crónica.
Los datos llevan a los expertos a varias conclusiones. La primera de ellas es que la única forma de producir una cantidad tan ingente de alimentos para nutrir a tantos seres humanos es la agricultura industrial mecanizada. Esto implica que, por el momento, deberíamos renunciar a otras formas de producción agrícola más sostenibles, y decir adiós a la soberanía alimentaria.
Pero además de eso, el artículo hace reflexionar sobre la responsabilidad, tanto personal como colectiva que todos tenemos a la hora de tomar una de las decisiones más importantes de nuestras vidas: ¿queremos tener hijos? ¿Por qué? ¿Qué implicaría esto en mi sociedad? ¿Qué consecuencias podría tener en otras personas?
Creo que deberíamos darnos cuenta de que, muchas veces, las decisiones que creemos que son sólo personales afectan directamente a la sociedad. Si todos lo hiciéramos, no sólo en cuanto a la natalidad, sino en otros temas como el reciclaje, el consumo responsable, etc., el mundo sería (aún puede llegar a ser) muy distinto.
Me parece un tema muy interesante sobre todo porque en muchas ocasiones faltan espacios para debatir estas cuestiones porque pienso que está muy mal visto plantear el tema de las actitudes conscientes en el tema de la natalidad y la demografía. La cuestión es que somos mogollón y va a ser imposible alimentarnos si no está el petroleo empujando por detras en sus multiples formas, por no hablar del tema del agua.