El centro social autogestionado de la antigua Tabacalera de Lavapiés abre sus puertas para dinamizar la actividad cultural del barrio madrileño. Si tienes un proyecto artístico o quieres contribuir a dar vida a este espacio, ¡participa!
 
La antigua fábrica de Tabacos de la glorieta de Embajadores de Madrid está a la espera de convertirse en el futuro Centro Nacional de Artes Audiovisuales. Pero, hasta que empiecen las obras dentro de un año, el Ministerio de Cultura la ha cedido a varios colectivos de Lavapiés para realizar un proyecto social autogestionado. Su objetivo es dar un espacio a las inquietudes artísticas y sociales de los vecinos de Lavapiés y de otras zonas de Madrid.

El proyecto va creciendo día a día gracias a la aportación de cientos de colaboradores y colaboradoras. *Escultura, fotografía, performance, cine, danza, artivismo*… todo tiene cabida en los inmensos salones de la Tabacalera, aunque, antes de empezar a pensar en proyectos concretos, hace falta acondicionar el edificio y pensar en la distribución concreta de los espacios.
currando en La Tabacalera
Para ello, se están organizando una serie de jornadas de trabajo, como la de hoy domingo, cuando unos 90 vecinos y vecinas se acercaron al edificio para realizar tareas como limpiar los patios, habilitar el teatro, preparar la cafetería, pintar el salón dedicado a los niños, etc. Entre tanto trabajo, hubo tiempo para imaginar qué actividades tendrán lugar allí dentro de muy poco. Conciertos, proyecciones de películas, ensayos de una nueva charanga del barrio, y baile de parejas para los domingos son las ideas que más éxito han tenido hasta ahora.

Pero el espacio sigue abierto a cualquier propuesta, y los colectivos que lo coordinan animan a todos y todas a proponer ideas y acercarse a las asambleas. Se espera que de ellas puedan surgir proyectos artísticos donde las disciplinas se fundan y donde gente con diferentes intereses pueda colaborar entre sí. Así se fomentaría la comunicación entre los colectivos del barrio, muchos de los cuales ahora están dispersos.
Cuando, en el siglo XVIII, la antigua Fábrica de Tabacos de la Glorieta de Embajadores empezó a contratar a mujeres, causó una pequeña revolución, pues hasta el momento muy pocas mujeres madrileñas podían tener independencia económica. Es más, en aquellos años ni siquiera era habitual verlas en espacios públicos, por lo que, cuando acababa su jornada, muchas personas se acercaban a verlas, con asombro. “Con este proyecto, pretendemos que la Tabacalera vuelva a ser un espacio que dé autonomía a los vecinos y vecinas, ya que aquí realizarán las actividades que ellos quieran. No queremos otro museo, queremos un lugar que responda a las inquietudes reales de la gente”, afirma Jordi Claramonte, uno de los coordinadores del proyecto. Y, vista la respuesta de los vecinos y vecinas, parece que inquietudes no faltan.

Conoce un poco más sobre la Tabacalera con este vídeo: